«El rey nos cae muy bien»

Recién salida de la imprenta (o quizás no tanto) nos encontramos con una noticia sobre el Rey Alfonso XIII, una noticia muy interesante, con más carga política de la que parece y donde el titular lo resume todo: el rey ayuda a montar a un hombre a montar a caballo. A todo un teniente coronel.

Bromas aparte, si os fijáis bien, el apartado de la noticia se  llama “Un rasgo del rey”.  Y es que, cuando se tenía noticia de algo que pudiese ensalzar mínimamente la figura de Alfonso XIII se sacaba en la prensa. Algo que no debe extrañarnos, especialmente si tenemos en cuenta que el rey veraneaba en Santander, que el ayuntamiento de esa ciudad le regaló el Palacio de la Magdalena y que el periódico de donde he sacado la noticia es cántabro… (ejem.)

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Conviene señalar que esta noticia transcurre durante los últimos años del periodo constitucional de rey. Un periodo donde Alfonso XIII intervino en la vida política, pero siempre dentro de lo que le permitía la Constitución.

Oh capitana, mi capitana

Tengo que buscar más información sobre esta mujer. Lo reconozco. Esta semana no he mirado mucho lo que hay detrás de la noticia, pero creo que puede ser muy interesante. No es ningún secreto que tradicionalmente el papel de la mujer fue el hogar, pero eso no significa que jamás en la historia una mujer no tuviese un trabajo que fuese tradicionalmente masculino. De hecho, en los años 20 se rompieron muchos moldes al respecto.

Prometo buscar información sobre esta mujer y, si la encuentro, compartirla con vosotros. Ahora, que también vaya «tino» con el apellido de la dama…

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Sección marítima

Crónica

Hoy queremos dar a conocer una curiosa nota que hemos encontrado en un periódico inglés.

Pasó hace pocos días por el puerto de Amberes un barco que llamó extraordinariamente la atención por la circunstacia de no llevar capitán, sino capitana.

Es esta Miss A. Dick, y el nombre del buque , «Flame».

Miss Dick, muy joven todavía, se propone realizar muchas y muy largas expediciones.

Posee el título de capitán.

Su precoz experiencia y su sangre fría han asombrado a los más viejos marinos de su tripulación, que se muestran dispuestos a seguir a su capitana hasta el fin del mundo.

Nosotros recordamos que Miss Dick fué la compañera de Harlson en su viaje de Manila a  Antofagasta, viaje que se efectuó en un velero de pequeño tonelaje, en el año 1919, si la memoria no nos es infiel.

Después, la famosa capitana hizo varios viajes por el Pacífico y el Atántico, publicando un gran número de artículos de los mencionados viajes en un periódico narteamericano.

También  efectuó un viaje por laa costa Este de Italia, visitando los puertos más importantes.

No hay que maravillarse —dice un articulista— de ver una mujer dirigiendo un barco.Si dificil es esto, no menos dificil es dirigir con fortuna un hogar. En ambos casos hay que luchar con tempestades.

Mechelin

Fonétika Razional(II)

Con unos días de retraso pongo la prometida segunda parte de la Fonétika Razional, con la carta de protesta de Leonardo Babel, defensor de la nueva lengua. Las indirectas sobre la falta de noticias qe lanza a Roque For nada tienen que envidiar a las acusaciones que reciben hoy los periodistas cada vez que escriben un artículo del tipo. » Hace calor» en verano. Por otra parte, o bien la carta original de Babel  contenía una corrección sobre la palabra «pikota», o bien Roque For se ha líado.
Por cierto que, aunque me gusta más la ortografía tal y como la tenemos, la respuesta de Roque For es menos fina de lo que viene siendo habitual en él.

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No nos parece digno de apoyo

La ortografía fonética no viene a resolver ningún problema.

Recibimos la siguiente carta que acogemos y comentamos:

León, 16 de Diciembre, 1925

Sr. «Roque For». Santander

Mui señor mío: Llegado a mis manos el número de EL PUEBLO CANTABRO en ke Ud. abla festibamente de nuestra labor, me apresuro a remitirle unas kuartillas i el ruego de ke prokure sean publikadas en un número próksimo del periódiko.

Diskulpo sus párrafos, por otra parte , inocentes , porke konozko los rekursos a ke ai ke echar mano para llenar kuartillas a diario, pero komo su artículo puede desorientar a los lektores  en kuanto a las reformas por nosotros defendidas, kreo ke me konzederá el derecho de defender nuestra aktuazión. Y asta me atrebo  a pedirle ke lleve a cierto ekstremo su delikadeza, por la inkorrekzión komprensible kon nosotros kometida, insertando íntegro el kompendio  de ortografía fonétika que de nuebo, nosotros le remitimos. Sepa reparar su lijereza.

No tome en mal sentido mis palabras, pues repito ke se mui bien lo ingrato ke es tener ke perieñar a diario renglones para el públiko kando eskasean los temas propizios. Kizá esto le dé lugar a otro artículo. pero si bajo otro seudónimo puede Ud. eskribir seriamente, ágalo así, se lo ruego. ablando de nuestras kosas. Será kaballeroso Ud., por otra parte, no puede tener interés alguno en ponernos intenzionadamente en la pikota.

Rogándole por último se sirva remitirnos lo ke salga referente al kaso kedo de Ud. atto.  s.s. i. kolega.

Leonardo Babel.

***

Planteadas las cosas así, en serio, a nosotros no nos gusta andar con hipocresías. El método ortográfico que se discute no responde a ninguna positiva necesidad.  ES algo caprichoso todo lo «razional» que sus defensores quieran, pero atentatorio a la belleza y al valor etimológico de nuestro idioma patrio.

¿Qué finalidad persiguen los señores «fonetistas»? ¿La rapidez en la escritura? ¿La simplificación? ¿La notoriedad sin grandes esfuerzos cerebrales? ¿Qué?

Para las personas cultas que saben ortografía, maldita la falta que hace esta otra chistosísima de la «fonétika»; para los incultos es, igualmente indiferente. Con emplear la arbitraria propia, en paz. Lo mismo entenderemos y valorizaremos loa pensamientos de los que escriban «Kerido amigo» que de los que con un «Cerido hamigo» encabecen sus cartas. Lo importante desde todos los puntos de vista, exceptuando claro está, el de los ultraístas, «modernérulos» y «decadentáceos» lamentables, es fomentar la cultura en su ambiente y por sus cauces naturales, sin innovaciones pintorescas que aparten el espíritu de las gentes y el deseo de saber de la fuente científica en que han de refrescar sus inteligencias.

Perdone el señor Babel –hay apellidos indicadísimos para figurar en anlanzas de confusiones en la expresión –que no atendamos a su ruego. Ni acogemos las cuartillas que nos envía ni publicamos el famoso «Kompendio» de la ortografía «fonétika». Nuestra actitud, lealmente expresada, es la de combatir la innecesaria innovación gramatical.

Si quiere más franqueza , pídalo por esa boca; pero pídalo con ortografía. De otra forma, ni a él ni a sus censuras… «fonétikas» prestaremos la más insignificante atención.

En este criterio no nos ocurrirá, lo aseguramos, como al señor Babel con la «pikota» de su carta, que primeramente fue escrita por el sentido común con c y después modificada por el ultraísmo sobre la letra científicamente adecuada.

Y nada mas.

Roque For.

Fonetika Razional (I)

La discusión de «sólo»/»solo» que ha causado tanta polémica como el uso o no uso de cebolla en la tortilla de patatas no es nada nuevo. Por mucho que algunos les fastidie, el lenguaje evoluciona, las tildes cambian y las normas ortográficas también. Incluso las letras pueden desaparecer (la «ch» y la «ll» dejaron de ser consideradas letras por la RAE en 2010). Lo que no desaparece es la polémica cuando hay un intento de modernizar la lengua, al fin y al cabo, siempre habrá quien se resista a los cambios.

Claro, que eso no quiere decir que todos los cambios sean para mejor o que todas las ideas sean buenas…

ortografia

 

Divagaciones de once varas

Ay ke eskribir komo a uno le parezka.

Hasta nuestras manos ha llegado un pequeño impreso, destinado a convencer a la gente de que se puede prescindir de la ortografía tan facilmente como del sombrero de hongo.

Bueno, entendámonos: de la ortografía que actualmente usan las personas ilustradas, porque el autor del impreso propone otra, que él llama «fonetika», y que consiste en la suspensión provisional de seis letras del alfabeto. Un ejemplo: «Ay», que actualmente da idea de un dolor o de un suspiro, con la aplicación del nuevo método puede significar que «ay»…; que hay, por lo visto, derecho a proponer todas las tonterías  que a uno se le antojen.

Nuestra modesta opinión es que este nuevo método va a traer como consecuencia una profunda revolución del mundo del profesorado.

En España hay un enorme número de ciudadanos que no sabe ortografía. Todas las novias de todos los soldados pueden mostrar, en apoyo nuestro, un montón de cartas que empiezan diciendo «Mi cerida Fulana…» Si las novias de un infinito número de dependientes de ultramarinos fueran tan condescendientes. igualmente mostrarían a nuestro favor nutridísimos paquetes de misivas con este encabezamiento:

«Malegraré cal rrecibo destas cortas letras…» Y ya, apurando la demostración, infinitas novias  de infinitos individuos de todas las clases sociales podrían exhibir documentos tan llenos de pasión como de errores ortográficos.

Bien; pues de acuerdo ya en que la ortografía «fonetika» que se propone consiste precisamente en escribir sin ortografía, dígasenos  qué es lo que va a ocurrir cuando tanto señor caiga en cuenta de que halla tan necesaria  y escasamente ilustrado como para aspirar a una cátedra de esta naturaleza.

Los defensores del método mencionado, los cuales dicen muy en serio que tienden a simplificar y, sin embargo,  escriben «ekskabazión», creen ciegamente que el mismo está llamado a ser la ortografía del porvenir. ¿Qué significa esto? Pues sencillamente que los que sepan ortografía tendrán que apresurarse a aprender a olvidarla poco a poco, so pena de exponerse a escribir a un amigo y que éste necesite que le traduzcan la carta.

Y aquí surge el problema: ¿dónde hallar el mejor maestro? ¿En el que escribe «Cerida Fulana». en el que se alegra de que al ««rrecido destas cortas letras…» o en el graciosísimo inventor de la ortografía «fonétika Razional»?

Proponemos una asamblea, que está de moda, para dilucidarlo a gusto.

Roque For

Continuaremos en la siguiente publicación con la respuesta que dieron a Roque For al respecto. Y por supuesto, con su respuesta. Hasta pronto.

Medicamentos del doctor Soivré.

Hemos hablado ya de los todopoderosos hipofosfitos, que daban energía a los hombres y a las mujeres fuerzas para mantener su belleza.  Pero la quinina, aunque te haga más resistente no te libra de la enfermedad…y para eso estaba el Doctor Soivré.  ¡Este producto era aún mejor! ¡Valía para todo!

 

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Con un montón de información apelotonada y un señor gritando en  una de las esquinas, este producto aparentaba ser milagroso. No había nada que no curase, incluidos los problemas sexuales.  Mu fan del “para viejos sin años”.

Hablar con mujeres hermosas.

Se ha hecho viral la semana pasada un artículo de Reverte de 2007 donde, el escritor se describía a sí mismo como un coyote babeante y en celo al recordar a las grandes damas de antaño. El hombre se declaraba un gran admirador de la elegancia de aquellas grades divas. Pero en su artículo el no era demasiado elegante… Más bien todo lo contrario.

Para que no os pase lo mismo que a él, os dejo con la reflexión del periodista Roque For, sobre un artículo que explicaba como se ha de hablar a las mujeres bellas (vale, el artículo no hablaba exactamente de eso, pero como tal lo cuenta el gran Roque For). La verdad que este periodista nunca decepciona. Siempre acaba sacándote una sonrisa. Lo cuál no es necesariamente bueno, como descubriréis al terminar el artículo.

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Comentarios sin importancia

¿Qué expresión fisonómica adoptarían ustedes al hablar con una mujer hermosa?

Ha llegado el momento de confesar, bajando ruborosamente la vista al suelo, que hemos venido sustentando un criterio equivocado respecto de la expresión fisonómica que el hombre debe mostrar cuando dialogue con una mujer interesante.

Nosotros teníamos la desventurada idea de que la cara del hombre debía ajustarse precisamente a la índole del diálogo; es decir, que si se hablaba de amor no debía tener la misma expresión que si la conversación tuviese por tema la necesidad de intensificar la producción metalurgica en el Noroeste de España.

Bueno, pues vivíamos en el más transcendental de los errores. El escritor, señor Palomo, nos lo ha demostrado en una crónica más desconcertante que esos chalecos-camiseta que se llevan ahora.

«Para comprobar que no sabemos reír —dice el aludido escritor— basta sorprendernos en un diálogo con una mujer hermosa. Raro es el hombre de nuestro suelo que ante tal espectáculo no permanece lúbricamente serio o restalla en carcajadas, que son gritos del instinto animal.»

Claro está que el señor Palomo no ha pretendido plantear ningún problema de índole fisonómico-social. El señor Palomo ha escrito su crónica, sencillamente, para echarnos en cara que los españoles no sabemos reír. Pero, en contra de sus modestos propósitos, su trabajo literario viene a poner ante los ojos investigadores de los psicólogos el siguiente pavoroso problema: si en el caso en cuestión la seriedad es reflejo lúbrico y la carcajada, signo de instinto animal, ¿qué expreisón debemos dar a la cara? ¿Convendría acudir a la solución sonrisa? Estudiemos ligeramente el fondo de esta interrogante.

La sonrisa es una expresión intermedia entre la seriedad y la carcajada; algo así como el apeadero que nos ofrece la voluntad cuando por diversas causas no nos parece oportuno pasar del estado grave a la risa a todo trapo.

Pues si la sonrisa tiene un cincuenta por ciento de uno y otro estado de ánimo, es innegable que por partes iguales expresa lo lúbrico y lo del instinto animal. O lo que es lo mismo: que la solución sonrisa debe ser desechada apresuradamente.

Quedamos, por lo tanto, sin saber a que rostro quedarnos cuando dialogamos con una mujer hermosa.

Realmente el señor Palomo no ha meditado detenidamente sus palabras. De haberlo hecho, de buen seguro a su crónica le hubiesen salido canas en el fondo del tintero.

Nosotros, justamente alarmados, entre otras cosas porque mañana precisamente teníamos que hablar con una mujer de las que dejan caer una horquilla y nace un rosal, estamos viendo ya las consecuencias del estudio del señor Palomo:

—¡Pero Amelancia, por tus eminentes antepasados, repara que…!

—¡Infame, mal esposo! ¡Y yo que te creía más inocente que un eco de sociedad!…

—Vuelvo a asegurarte…

—¡Basta! Yo me atengo a lo que he visto. ¿Me negarás que anoche, cuando te sorprendí discutiendo con la criada sobre el mal efecto de las arrugas en los cuellos de brillo, estabas completamente serio?

—Pues naturalmente…

—Luego reconoces que eres un lúbrico. ¿Me negarás también que después soltaste una carcajada cuando la chica te hizo no sé qué pregunta

—Mujer, es que fue un golpe…

— Un golpe, ¿eh? Un hombre que ríe a carcajadas cuando dialoga con una mujer demuestra su instinto animal.

—¿Aunque discuta sobre las arrugas en los cuellos de brillo?

—Siempre. De modo que como yo no puedo seguir viviendo con un hombre de tales condiciones morales, te abandono…

—¡Pero Amelancia!…

—¡Instintivo!…

—Considera qué…

—¡¡Lubrificante!!

Señor Palomo, medite acerca de la responsabilidad que ha contraido. Y, de paso, vea el modo de remitirnos una copia de la cara que usted adoptaría al hablar con una mujer hermosa.

Ardemos hasta carbonizarnos en curiosidad.

Roque For

Hostias internacionales

Creo que lo he comentado, pero soy muy fan de la gramática y de las expresiones utilizadas a principios de siglo. Beber «desaforadamente», «se acometieron a palos»… Por otra parte tenemos ese acento en la «a» (á). Pero no nos adelantemos…aquí tenéis la noticia. Una noticia totalmente imparcial, como corresponde a la prensa seria de ayer y hoy.

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Conflicto internacional

Alemanes y españoles se acometen á estacazos y puñaladas

Alicante, 28 .—En una taberna de las afueras se encontraban jugando á los naipes varios obreros. En una mesa cercana, unos operarios del circo alemán «Krone» comenzaron a beber desaforadamente y una vez embriagados comenzaron á gastar bromas á los españoles, que, prudentemente, no les hicieron caso.

Pero los teutones insistieron pesadamente, interviniendo en las jugadas, y la bronca estalló- Se acometieron unos y otros á palos y navajazos y la cosa terminó en la Casa de Socorro. Todos los contendientes resultaron heridos, llevan la peor parte los alemanes.

Por supuesto, los españoles ganamos. ¿Cómo iba a pasar lo contrario si hablamos de un bar en España? Por cierto, el circo Krone de Munich sigue existiendo. Es uno de los circos más grandes de Europa…así que si un día se acercan a vuestra ciudad ya sabéis. Invitadlos a unos tragos. A ver que pasa.

La culpa es de los padres, que las visten como putas.

Y sí…más o menos eso es lo que viene a decir el siguiente artículo, firmado por Ezequiel Cuevas, periodista y autor de algunos cuentos (publicados bajo el nombre «Cachos de vida», 1906) y una novela («Amadoras», 1907) que fueron muy polémicas en su día. Polémicas como sería este artículo de haberse publicado en la actualidad.

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LAS NIÑAS DE AHORA

Hace veinte años, las mujeres, hasta que no se ponían de mono, eran niñas.«Una niña de quince años», era un dicho vulgar.

Hoy, las niñas son esas encantadoras criaturas de trajecitos leves, ojos candorosos y cabellos en melena de rizos, que adornan nuestros jardines y nuestras calles, ya cantando la muerte de Mambrú, ya cogiditas de la mano, luciendo sus lindos sombrerones  y sus «bebés» sonrosados y mofletudos, de ojos de cristal.

Las niñas crecidas ya no existen. Se fueron para no volver, porque ahora, alos doce años, quieren parecer mocitas casaderas, mientras estas buscan el modo de parecer niñas.

Ahora, cuando las niñas dejan sus muñecas, toman las barritas de carmín,  y de negro-carbón de la polvera, y se pintan los labios  y los ojos, y se empolvan hasta hacerse feas. Antes de los trece años ya piden a las mamás que les hagan faldas hasta el tobillo y les peinen coleta y cuiden mucho de decir a la modista que la blusa o el abrigo tengan su correspondiente escote.

Así se ven por las calles, por culpa de las buenísimas mamás, chiquillas que están pidiendo a voces la compa y el aro, y un lazo rosa en el pelo, y unas mangas hasta el codo, convertidas en figuras un poco desquiciadas, en mujercitas de figurin, a quienes, en lugar de un piropo,  dan ganas de decir:

–Señora: ¿quiere usted jugar al corro?

Hoy, el piropo, esa bella expresión del ingenio, que brota al paso de una mujer bonita, está en desuso, no sirve para nada, no tiene aplicación, por culpa de las niñas-mujeres y de las mujeres-niñas.

Las mujeres-niñas son también las niñas de ahora: nenas de veinticinco años para arriba, que lucen en los paseos sus falditas de chicuela, cortas, enormemente altas, como las de los alabarderos o las de los soldados de caballería.

Tal moda favorece a las mujeres, porque las quita diez años de encima, que es el eterno sueño femenino; pero en cambio, a la par que la edad, les quita el novio ; porque ¿Qué hombre, por enamoradizo que sea, se va a atrever a hablar de amores a una joven cuya edad es incalculable, no sabiéndose, por tanto, si es una mujer hecha y derecha o una colegiala?

Las estadísticas acusan a una baja enorme en los matrimonios, y los grandes pensadores lo achacan a la carestía de la vida.

¿No será todo ello culpa de las niñas de ahora?

Por que bien que se case no con una mujer que le atienda y le cuide y sepa arreglar la casa y repasar la rpa y poner ell puchero; pero actualmente, como no hay mujeres o, por lo menos, no se sabe si las hay, lo natural es esperar a que estas niñas de ahora crezcan y se vistan de mujer, para poder hablar en serio del acto más terriblemente formal de la vida.

Ezequiel Cuevas